martes, 27 de noviembre de 2012

Rebelión-Jorge Bucay



REBELIÓN


Y, de pronto, el timbre sonó.
-¿Estás ahí?-escuché- ¡Es la hora!
-Ya voy –contesté automáticamente.
-Ya es tarde. Abre la puerta

Estaba harto.

Pensé en agarrar el martillo y hacerlo…
Con un poco de suerte podría, de un solo golpe, terminar con el incesante martirio

Sería maravilloso.
                No más controles…
                               No más urgencias…
                                               ¡No más cárcel!
Trde o temprano todos se enterarían de lo que hice…
Tarde o temprano alguien se animaría a imitarme…
Y después, quizá otro…

Y muchos ganarían coraje.
Una reacción en cadena que permitiría terminar para siempre con la opresión.
Deshacernos definitivamente de ellos.
Deshacernos de ellos en todas sus formas…

Pronto me di cuenta de que mi sueño era imposible.
Nuestra esclavitud parece ser, a la vez, nuestra única posibilidad…
Nosotros hemos creado a nuestros carceleros,
Y, ahora, sin ellos, la sociedad no existiría.

Es necesario que lo admita…
¡Ya no sabríamos vivir sin relojes!









Y otra vez recurro a Jorge Bucay y  sus " cuentos para pensar" para  invitaros a reflexionar 
y a aproximaros a lugares a los que solo se llega
mediante la lectura. Espero que os guste :)

viernes, 23 de noviembre de 2012

Gordos pero felices



Investigadores de la Universidad McMaster (EE UU) han descubierto nuevas evidencias genéticas que ayudan a entender por qué unas personas tienden a ser más felices que otras. Concretamente han hallado pruebas de que el gen FTO -uno de los principales responsables genéticos de la obesidad- se asocia a una reducción del riesgo de depresión. En otras palabras, además de un gen de la obesidad podría considerarse un “gen de la felicidad”, tal y como concluyen los autores del estudio en la revista Molecular Psychiatry.

Aunque admiten que la diferencia del 8% hallada es modesta, los científicos están satisfechos por haber identificado una nueva base molecular para la infelicidad, así como un vínculo que relaciona depresión y obesidad a nivel cerebral. Independientemente de su relación con la masa corporal, afirman los autores del trabajo, no cabe duda de que el gen de la obesidad también protege contra la tristeza crónica